La humilde sirvienta que en secreto era la dueña de la mansión.
A las seis en punto de cada mañana, Lucía recorría los largos pasillos de la mansión Delgado, con su cabello recogido bajo una cofia blanca y su uniforme negro almidonado. Se movía en silencio, puliendo los candelabros de plata, fregando el suelo de mármol y quitando el polvo de los retratos de antiguos nobles que … Read more